Las 5 cualidades que te harán comunicar bien y eficazmente

Tengo muy pocas ideas de las que estoy 100% segura.

Pero hoy no quiero hablarte de ellas.

Hoy quiero empezar este artículo con una de las ideas de las que SÍ estoy convencida:

Sólo puedes comunicar bien cuando conoces tus cualidades y tus puntos de mejora como comunicador.

Está claro que el camino para reconocer esos puntos fuertes y débiles nunca se termina. Todo lo bueno es susceptible de mejora.

Sin embargo, tú puedes empezar hoy mismo a hacerte una idea más clara de cuáles son los recursos que te conviene explotar o pulir para comunicarte bien y eficazmente en vídeo, en público e incluso en las situaciones más cotidianas.

Algunos puntos fuertes serán sólo tuyos, porque has nacido con ellos o los has desarrollado a lo largo de tu vida casi sin darte cuenta.

Por ejemplo, hay quien nace con una voz cautivadora. Éste es un punto fuerte para comunicar bien, independientemente de que la persona sea consciente de ello o no.

Hay otras personas que, gracias a haber asistido a clases de danza o de teatro, han desarrollado una aguda conciencia corporal que les facilita comunicar bien de forma no verbal ante la cámara.

Puede que tú cuentes con alguno de los puntos fuertes que ya he nombrado, o puede que cuentes con otros distintos.

Sea como sea, hay cinco cualidades con las que ya cuentas desde que naciste.

Puede que seas consciente de ellas; puede que no.

Si eres consciente, posiblemente sea porque las has practicado a conciencia porque querías mejorar esa parte de ti mismo.

Si no eres consciente de ellas, puede que algunas estén oxidadas porque no las has practicado lo suficiente en tu vida, y menos ante la cámara.

Sea cual sea tu caso, este artículo te servirá para reconocer cuáles son las 5 cualidades que te conviene reconocer y desarrollar para comunicar bien en vídeo, en público e incluso en tu vida cotidiana.

¡Vamos, que nos vamos!

 

Las 5 cualidades que te harán comunicar bien y eficazmente

Cómo comunicar bien

#1 El entusiasmo

Respóndete honestamente a esta pregunta:

¿Hablar de tu negocio ante otras personas te hace sentir bien o mal?

Si la respuesta es “mal” (avergonzado, incómodo, disgustado), seguramente sea porque no estás alineado con los valores y la imagen de tu empresa.

Quizás te convendría cambiar de negocio o darle una vuelta de tuerca a tu idea hasta que te sientas identificado con ella.

Si la respuesta es “bien” (orgulloso, cómodo, emocionado), vamos por buen camino.

Tú te sientes bien hablando de tu negocio: ahora sólo tienes que transmitir esas buenas vibraciones a las personas que te van a ver y a escuchar.

¿Cómo lo hago yo? A través de la primera cualidad que te presento en este artículo: el entusiasmo.

El entusiasmo es, para mí, uno de los valores principales que debería tener cualquiera que quiere comunicar bien. Sin entusiasmo no hay acción, ni creatividad, ni ganas de hacer algo distinto.

Yo hablo de entusiasmo, pero quizás a ti te suenen más familiares “pasión” y “motivación”.

Yo le llamo “entusiasmo” porque, para mí, este concepto añade algo que no implican los dos anteriores: la alegría.

En el entusiasmo, para mí, se sobreentienden unas ganas locas de hacer algo, y de hacerlo con alegría y disfrute, caiga quien caiga.

Un comunicador entusiasta hará lo posible para que su mensaje llegue a su audiencia con claridad y sin malinterpretaciones.

Un comunicador entusiasta pondrá toda la carne en el asador y se dejará la piel para que sus ideas, valores y principios y los de su negocio se transmitan con la mayor fiabilidad posible a las personas que están al otro lado de la pantalla o del auditorio.

Cultiva el entusiasmo dando lo mejor de ti mismo tanto cuando prepares tus vídeos como cuando los grabes.

Cree en lo que haces y dices, y hazlo con alegría. El entusiasmo es una cualidad que se contagia fácilmente, porque… ¿acaso hay alguien que no quiera estar contento?

 

#2 La honestidad

La honestidad es una de las cualidades encargadas de generar confianza en tu audiencia.

Es el valor que caracteriza a un comunicador transparente y humilde.

La honestidad conlleva el reconocimiento de uno mismo, la capacidad de decir: “Aquí estoy yo; esto es lo que hay, ni más ni menos”.

Es decir: honestidad es igual a ser uno mismo.

Algo fácil de decir, pero no tan sencillo de llevar a la práctica cuando estás lleno de miedos e inseguridades sobre ti mismo como comunicador.

Y esa honestidad implica, también, humildad: la humildad necesaria para reconocer lo que sabes y lo que no sabes y dónde están tus límites en este momento.

Algunas personas abandonan sus formaciones de comunicación eficaz porque no están dispuestas a reconocer que no son perfectas y que, en estos momentos de sus vidas, tienen ciertas limitaciones para llegar a comunicar bien y eficazmente.

Encontrarte de cara con tus debilidades es como si alguien diera una fuerte patada a tu ego. Y no todos están dispuestos a soportar ese momento de agudo dolor.

Esas personas que no soportan el dolor siguen, aun así, grabando vídeos en los que tratan de esconder todo lo que no les gusta de sí mismos.

Esa autocensura hace que se lleven por delante algunos puntos fuertes que ellos no reconocen como tales.

Pero, amigo, siempre se pilla antes a un “mentiroso” que a un cojo. Esas estrategias de escondite nos transforman en comunicadores deshonestos y minan poco a poco la confianza que nuestra audiencia ha depositado en nosotros, repercutiendo en nuestra visibilidad y en nuestra reputación.

Para cultivar tu honestidad como comunicador y empezar a comunicar bien:

  • Reconoce que no eres perfecto y que, en este momento, tienes ciertas limitaciones (y siempre las tendrás, sólo que cada vez serán unas distintas).
  • Reconoce tus puntos fuertes y tus puntos de mejora como comunicador y busca estrategias para superar tus limitaciones actuales.
  • Renuncia a ser alguien que no eres. No imites el estilo comunicativo de otras personas; navega en ti mismo hasta que encuentres el tuyo propio.

Y, sobre todo, piensa: si eres honesto en tu vida cotidiana, ¿cuál es la razón para dejar de serlo ante la cámara?

 

#3 La congruencia

Seguro que alguna vez has visto en el telediario a algún político dando un mitin sobre lo bueno y maravilloso que es su partido.

Sus palabras hablaban de grandes proyectos, de motivación y de la importancia de mirar hacia el futuro…

…y, sin embargo, su cuerpo, su tono de voz y su expresión facial transmitían una información muy diferente, incluso contraria.

Sus hombros estaban caídos, sus brazos dibujaban gestos rígidos y tensos, su tono de voz era autoritario y excesivamente enardecido y su cara transmitía duda, miedo y poca confianza en sí mismo.comunicación política mitin

A lo mejor tú no analizaste todo esto en ese momento, pero sí sabías que algo no te acababa de cuadrar.

Eso es porque tu mente inconsciente detectó, desde el principio, que ese político estaba siendo incongruente: sus distintos canales de comunicación (la palabra, el cuerpo, la voz y las emociones) apuntaban a direcciones distintas.

Un comunicador incongruente cae por su propio peso. Puede que la audiencia no sea capaz de detectar qué es exactamente lo que le chirría de él, pero sí sabe, consciente o inconscientemente, que algo no está en su sitio.

Somos congruentes cuando conseguimos que la emoción, el pensamiento y la acción vayan en la misma dirección.

Ser congruente no sólo te hace sentirte bien contigo mismo, con tus ideas y con lo que dices.

La audiencia también lo percibe. Es como si cada parte de ti (el cuerpo, la voz, la palabra y la emoción) fuera una pieza de puzle, y tú les estuvieras entregando el puzle completo y montado para que ellos sólo tengan que ocuparse de admirarlo y disfrutar de él.

Si el cuerpo va por un lado y la palabra por el otro, estás dándole a tu audiencia un puzle desmontado cuyas piezas no encajan ni a la de tres.

Y no tengas ninguna duda en que la audiencia no se va a molestar en reconstruir el puzle.

En internet somos muy vagos, y todo lo que nos haga trabajar un poquito nos supone un esfuerzo mucho mayor que el que estaríamos dispuestos a realizar en la vida física.

No sabes la cantidad de personas que graban vídeos para sus negocios online en los que comunican una información totalmente contraria a la que intentan transmitir en sus artículos escritos, en el diseño de su blog o en su imagen personal.

Formadores de hablar en público que son totalmente antinaturales ante la cámara, coaches que hablan con cara de estar comiéndose un limón, expertos en marca personal que parece que se acaban de levantar de la siesta…

Cultiva la congruencia partiendo del conocimiento de quién eres tú y quién es tu empresa, así como poniendo atención en que tu cuerpo, tu voz, tus emociones y tu mensaje circulen en la misma dirección para comunicar bien.

 

#4 La flexibilidad

Por mucho que lleves tu guion bien preparado, por muy claro que tengas qué ideas quieres transmitir y aunque sepas a qué tipo de público te diriges… nunca podrás librarte de los imprevistos y de los cambios de última hora.

Cuando grabas vídeos en un entorno seguro como tu casa o tu despacho, donde puedes parar la cámara y grabar muchas tomas para luego quedarte con las que más te interesen, podrás salvar los imprevistos con mayor facilidad.

Pero cuando te enfrentas a una entrevista en vídeo, a un webinar en directo o a una presentación en público sobre tu negocio, vas a tener que tener un músculo bien entrenado: el músculo de la flexibilidad.

Y no sólo para aceptar y adaptarte a los imprevistos –un cambio logístico, un fallo en las diapositivas o en la conexión a internet, etc.-, sino para modificar e incluso transformar de arriba abajo tu guion o tu presentación.

Para comunicar bien te conviene aprender a evaluar el clima que se crea cuando estás comunicando.

Si estás grabando una entrevista en vídeo, ¿cómo se encuentra tu interlocutor? ¿Qué necesita de ti? ¿Qué quiere escuchar?

Si estás impartiendo un webinar, ¿qué esperan de ti los asistentes? ¿Cuál es su grado de interés en este momento? ¿El pico de atención está bajando y deberías pasar ya al siguiente tema?

Saber evaluar al interlocutor (en el caso de la entrevista) y a la audiencia (en el caso del webinar o de la presentación en público) es esencial para dar un paso más y, desde la flexibilidad, estar dispuesto a rehacer, en cuestión de segundos, la idea que llevabas sobre tu exposición, si eso va a ayudarte a transmitir tu mensaje con mayor eficacia y a comunicar bien.

Lo importante no es que cambies siempre, sino que tengas la opción de hacerlo. Y eso lo conseguirás con la cualidad de la flexibilidad, porque con ella serás capaz de escoger entre varias opciones y de tener recursos para manejarte en todas ellas.

 

#5 El sentido del humor

Te presento la última cualidad, pero no por ello la menos importante: el sentido del humor.

Puedes cultivar y aplicar el sentido del humor en tus vídeos o interactuando con tu audiencia en webinars o entrevistas.

Pero no sólo eso. El sentido del humor también te va a ayudar a capear el temporal cuando las cosas no salen exactamente como esperabas.

Imagínate que guionizas, grabas, editas y publicas un vídeo. Todo ello te ha supuesto toda una jornada de trabajo.

Pero toda esa ilusión se va directa a la basura cuando ves que tu vídeo ha recibido varios pulgares hacia abajo en YouTube y cinco o seis comentarios negativos en tu blog.

Independientemente de si gestionas esa situación respondiendo educadamente a los comentarios negativos, luego, cuando te quedas solo con tus pensamientos, tienes dos opciones:

  • La primera es enfadarte contigo mismo y machacarte pensando que podrías haberlo hecho de otra manera para contentar a todos los espectadores.
  • La segunda es tomártelo con sentido del humor, reírte de ti mismo, aceptar que no eres perfecto y que no puedes gustar a todo el mundo y comprometerte a estudiar dónde puede estar la razón de su decepción… y, si consideras que ésta es sensata, comprometerte a mejorarla.

Yo pienso que toda crítica -a no ser que huela a la legua que su intención es 100% destructiva- tiene una parte de razón que conviene analizar para extraer de ella algún aprendizaje que nos haga mejorar.

El sentido del humor te hace la vida más fácil. Yo resumo su utilidad en pocas palabras: sirve para no tomarte las cosas demasiado en serio.

Puedes solucionar y mejorar cualquier cosa que dependa de ti, y siempre es más agradable hacerlo –y podrás disfrutarlo más- si lo haces desde el sentido del humor.

Y, si algo no depende de ti… ¡prueba también a verlo con las gafas del sentido del humor!

 

Para comunicar bien y con eficacia, conócete a ti mismo

Ninguna de las cualidades anteriores se puede impostar o fingir.

Nunca podremos ser entusiastas si antes no creemos en nuestro propio entusiasmo, al igual que nunca desarrollaremos la flexibilidad si lo intentamos hacer desde la tensión que genera la orden “debo ser flexible”.

Todos tenemos los valores del entusiasmo, la honestidad, la congruencia, la flexibilidad y el sentido del humor…

Pero, como te he dicho antes, si no los ponemos en práctica asiduamente olvidaremos en qué compartimento interior los habíamos aparcado la última vez que los sacamos a la luz, y luego nos costará más quitarles el polvo.

Por eso, conviene que abordes tu entrenamiento como comunicador desde la perspectiva del autoconocimiento y la mejora constantes.

Sólo así podrás clarificar estas cualidades que ya tienes, desenterrarlas y ponerlas en marcha de nuevo.

Y, si ya están puestas al día, partirás con ventaja para comunicar bien y con eficacia.

Pero no te equivoques. No tienes que convertirte en un comunicador maravilloso para desarrollar estas cinco cualidades.

El camino es el contrario: para llegar a comunicar bien, tienes que poner en práctica estas cinco cualidades: el entusiasmo, la honestidad, la congruencia, la flexibilidad y el sentido del humor.

Ésta es una buena noticia, porque significa que puedes empezar a desarrollar las cinco cualidades más importantes del comunicador eficaz ahora mismo.

Y si no sabes por dónde empezar, ya sabes que yo puedo echarte un cable.


Y a ti, ¿qué te parecen estas cinco cualidades para comunicar bien? ¿Añadirías alguna más? ¡Compártelo en los comentarios!

Irene
irene@tecomunicas.com

Apasionada de la literatura, especialista en copywriting y storytelling. Comunicadora nata. Quiero que te vuelvas a enamorar de tu negocio literario y lo haré poniendo mis herramientas a tu servicio para que aumentes tus ventas y consigas clientes recurrentes.

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