
02 Jun Transforma el bloqueo del escritor en el des-bloqueo del escritor
Todos, en alguna ocasión, tenemos que escribir.
Puede ser por ocio, porque disfrutamos con ello. Sin embargo, lo más común es que sea por trabajo.
Seguro que alguna vez te has visto en la situación siguiente: te colocas frente a la pantalla del ordenador o delante de la hoja en blanco… y tienes la sensación de que no puedes escribir nada, o de que lo que escribes es malísimo.
Esto es lo que se conoce como el bloqueo del escritor o el miedo a la hoja en blanco.
No obstante, como te digo, muchas veces no te va a quedar más remedio que escribir.
Por eso te conviene saber qué hacer ante ese bloqueo, ¿no crees?
Así que en el vídeo siguiente te quiero dar 3 claves para convertir tu bloqueo del escritor en tu des-bloqueo del escritor 😉
¡Vamos a ello!
Transforma tu bloqueo del escritor en el des-bloqueo del escritor
1.- Relájate
La primera clave es simple y llana: relájate.
Cuando llevas mucho tiempo frente al papel o el ordenador y ves que no te sale nada o sientes que lo que escribes no está a la altura de tus expectativas, ¿qué te sucede?
Exacto: empiezas a ponerte más y más y más nervioso cada vez.
Puede que mires al reloj y observes al tiempo pasar mientras a ti no te sale nada.
Puede que ya escuches en tu cabeza las voces de tus lectores quejándose porque el artículo de esta semana llega tarde.
Puede incluso que somatices tus nervios y empieces a sentir dolor de cabeza o esa desagradable angustia en el estómago.
Si llegas a este punto, aquí va la mejor recomendación que puedo darte: para y pasa a otra actividad.
Pero no a una actividad que te estrese todavía más y que te ponga la cabeza como un bombo (como podría ser ver telebasura), sino a una actividad que te conecte contigo mismo.
Por ejemplo, mi favorita es sentarme durante 5-10 minutos y no hacer nada más que respirar con los ojos cerrados.
También puedes salir a dar una vuelta por el barrio, hacer deporte, coger un libro que te guste…
Lo importante es que sea una actividad que sientas que te ayudará a conectar contigo mismo y a reducir el estrés y los nervios que te ha provocado sentir que lo que escribes no vale para nada.
2.- Conoce tus miedos
Lo cierto es que utilizar de forma aislada la técnica de la relajación no te va a servir de mucho.
Si de verdad quieres superar el bloqueo del escritor, te conviene hacer algo que para mí es clave: entender de dónde procede ese bloqueo.
Cada persona siente que su bloqueo del escritor tiene unos motivos y un origen. Pero, para mí, detrás de todos los motivos siempre se esconde lo mismo: el miedo.
El miedo puede tener muchas caretas. Puede ser miedo a no gustar, miedo a que lo que escribas sea malo, miedo a que te juzguen por lo que escribes, miedo a mostrarte demasiado a través de las palabras que utilizas…
Lo importante es que descubras cuál es el miedo que está detrás de tu bloqueo. Para esto yo te propongo un ejercicio que a mí me fue muy, muy útil.
Se trata de que te reserves una o dos horas de tu tiempo para escribir sobre los miedos que sientes que hay detrás de tu bloqueo del escritor.
Puedes empezar con esta pregunta: ¿por qué tengo un bloqueo del escritor? A partir de ahí, deja que tus propias palabras, con una escritura casi automática, te vayan llevando hacia los miedos que están detrás.
Cuando descubras cuáles son esos miedos vas a poder gestionarlos mucho más eficazmente, porque cuando aparezcan los reconocerás y podrás atajarlos antes de que te bloqueen por completo.
Si la perspectiva de hacer este ejercicio te pone tenso, ¡ya tienes una pista! A lo mejor tu miedo es a enfrentarte a tus propios miedos, a ver esos miedos que te están bloqueando a la hora de escribir.
3.- Escribe lo que sea
Creo que una de las mejores claves que se pueden dar para vencer el bloqueo del escritor es ésta:
Escribe. Escribe lo que sea.
A todos nos encanta entrar en flow y sentir que ya no somos nosotros los que escribimos, sino que es una inspiración divina la que mueve las manos en el teclado o el bolígrafo en el papel.
Pero la verdad es que, para llegar a ese estado de flow, muchas veces tiene que pasar media hora, una hora, dos horas…
Y durante ese tiempo tenemos que estar escribiendo, claro.
Así que antes de querer alcanzar ese estado de flow tan placentero, aquí va el consejo: escribe. Escribe lo que sea.
Da igual si es bueno, si es malo, si es digno, si no es digno… todo eso son etiquetas que tú le pones a tus textos.
¿Te has dado cuenta de que la mayoría de veces que escribes lo haces como si tuvieras que publicar ese texto, como si un montón de gente fuera a leerlo?
¡Pero no!, la verdad es que no es así. Tú decides qué es lo que enseñas, compartes y publicas.
La próxima vez que pienses: «madre mía, no lo estoy haciendo bien… ¡tendría que estar saliéndome de esta otra manera!»… Piensa esto otro: «a ver, ¡si esto no lo tiene que leer nadie si yo no decido que lo lean!».
Así que tómate cada sesión de escritura como una práctica. ¡Nadie tiene que leerlo! Escribe lo que sea y poco a poco adquirirás práctica, alcanzarás el estado de flow y vencerás ese bloqueo del escritor que ahora te está frenando tanto a la hora de escribir.
Espero que estas 3 claves para superar el bloqueo del escritor y para convertirlo en el des-bloqueo del escritor te hayan servido 🙂
Si ya conocías alguna de ellas o si tienes otra clave que yo no haya nombrado, puedes compartirla en los comentarios para que todos aprendamos de tu experiencia.
Y si crees que este vídeo / artículo puede serle útil a alguien para vencer su bloqueo del escritor… ¡házselo llegar! 😉
Y ya sabes… ¡a escribir lo que sea!
Virginia
Posted at 11:25h, 04 junio¡Hola Irene!
Son claves sencillas y muy prácticas, que cuando estamos ahí sentadas y fustigándonos por no escribir alto «perfecto», nos vendrán muy bien.
Lo que dices de TU DECIDES lo que el resto del mundo va a leer, da un gran alivio, la verdad es que no lo había pensado siquiera, jajaja.
Has conseguido hacer «click» en mi con esto.
¡Gracias Irene! 😉
Un abrazo,
Virginia.
Irene
Posted at 13:05h, 05 junio¡Hola, Virginia!
Bienvenida 🙂
Cuando me di cuenta de que yo misma me estaba poniendo la presión de tener que mostrar todo lo que escribía… ¡no veas qué liberación! Aunque luego no fuera a publicar mis textos, siempre escribía con el ojo de mis lectores invisibles puesto sobre mí. Como digo en el vídeo sólo cada uno decide qué comparte y cuándo lo comparte. Me alegro de que esta reflexión te haya sido útil.
¡Un abrazo!
Irene